Cuestiones
Las trabajadoras migrantes se concentran principalmente en sectores informales, mal pagados y no regulados, en que la protección social es escasa y el riesgo de explotación laboral, servidumbre y abuso, incluida la violencia sexual y de género, es grande. Para reducir estas desigualdades de género predominantes, es preciso formalizar y profesionalizar el trabajo de las mujeres migrantes, con inclusión de su empleo como cuidadoras, limpiadoras, y trabajadoras agrícolas y domésticas.
Las opciones de visado y permisos de trabajo deberían reflejar las numerosas competencias y experiencias de las mujeres migrantes. También cabe abordar la brecha digital de género que afecta a las mujeres y niñas migrantes, especialmente a las más pobres, las que tienen un bajo nivel de instrucción o una discapacidad, y las que viven en zonas rurales y remotas.